Re: Armada Argentina
Publicado: Jue Oct 10, 2019 8:34 amEl 4 de agosto, Bruce Rule, analista jefe de la Oficina de Inteligencia Naval de EE. UU. y autor de varios estudios sobre la pérdida de los submarinos estadounidenses USS Thresher y USS Scorpion, informó sobre la pérdida de submarino argentino San Juan.
El informe descarta cualquier conjetura y establece que todas las afirmaciones se basan en información conocida y contrastada de esta información. Descarta conclusiones o conjeturas sin base científica o que no se basan en información contrastada.
El informe de Rule no quiere especular sobre lo que podría haber sucedido si los eventos hubieran sido diferentes, por ejemplo, si el comandante hubiera decidido continuar navegando en la superficie, ya que es imposible establecerlo con certeza si eso cambiaría el resultado final.
El análisis de Bruce Rule concluye que el submarino de San Juan sufrió un evento catastrófico: la explosión de hidrógeno producida por cortocircuitos en las baterías delanteras, dañada por la entrada de agua. del mar a través del schnorchel. La explosión ocurrió aproximadamente 1 hora y 40 minutos después de que el submarino se sumergió y permaneció confinado dentro del casco del submarino, sin dañarlo.
Esta explosión no fue lo suficientemente fuerte como para ser detectada por los hidrófonos de la organización de pruebas nucleares, que se encuentran a 6.040 km de la posición del submarino. Después de esta explosión, el submarino comenzó una inmersión incontrolada desde 40 m de profundidad, con una velocidad de aproximadamente 1.1 m por segundo, y se equilibró a 468 m de profundidad.
La implosión del submarino provocó una señal de baja frecuencia (4,68 Hz) que los hidrófonos detectaron a las 13:51 GMT, incluso a una gran distancia de hasta 7.730 km del punto de origen.
El analista utilizó la relación entre el volumen de una estructura de aire llena aplastada por la presión y la frecuencia de la señal transmitida para determinar la profundidad exacta a la que el submarino implosionó. Sus cálculos dan una profundidad de 468 m indican que generó una energía equivalente a la explosión de 5.216 kg de TNT.
Según la información conocida, el comandante del San Juan ordenó sumergirse a 40 m para reparar las baterías y permitir que la tripulación descanse. Esto indica que tenía la intención de enviar personal al compartimento de la batería. El análisis de los naufragios de los submarinos estadounidenses después de las explosiones de hidrógeno mostró que siempre ocurrieron mientras el personal trabajaba en las baterías mientras se recargaban. Esto condujo a cambios en los procedimientos para prohibir el acceso a los compartimientos de la batería durante la carga.
En el caso del San Juan, las baterías no se recargaban, pero a medida que el submarino se sumergía, el sistema de ventilación no podía disminuir la concentración de hidrógeno causada por los cortocircuitos. Por lo tanto, fue suficiente una chispa para causar la explosión.
Esta explosión de hidrógeno fue un evento extremadamente rápido, de aproximadamente 30 milisegundos para extenderse a todo el submarino. Un ser humano tarda entre 80 y 100 milisegundos en registrar un evento. Toda la tripulación murió instantáneamente sin sufrir, ni se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. El hecho de que, después de la explosión, ninguna de las boyas de emergencia en ambos extremos del submarino fuese lanzada, confirma esta conclusión y niega la suposición de que la tripulación luchó durante horas contra el fuego.
El informe descarta cualquier conjetura y establece que todas las afirmaciones se basan en información conocida y contrastada de esta información. Descarta conclusiones o conjeturas sin base científica o que no se basan en información contrastada.
El informe de Rule no quiere especular sobre lo que podría haber sucedido si los eventos hubieran sido diferentes, por ejemplo, si el comandante hubiera decidido continuar navegando en la superficie, ya que es imposible establecerlo con certeza si eso cambiaría el resultado final.
El análisis de Bruce Rule concluye que el submarino de San Juan sufrió un evento catastrófico: la explosión de hidrógeno producida por cortocircuitos en las baterías delanteras, dañada por la entrada de agua. del mar a través del schnorchel. La explosión ocurrió aproximadamente 1 hora y 40 minutos después de que el submarino se sumergió y permaneció confinado dentro del casco del submarino, sin dañarlo.
Esta explosión no fue lo suficientemente fuerte como para ser detectada por los hidrófonos de la organización de pruebas nucleares, que se encuentran a 6.040 km de la posición del submarino. Después de esta explosión, el submarino comenzó una inmersión incontrolada desde 40 m de profundidad, con una velocidad de aproximadamente 1.1 m por segundo, y se equilibró a 468 m de profundidad.
La implosión del submarino provocó una señal de baja frecuencia (4,68 Hz) que los hidrófonos detectaron a las 13:51 GMT, incluso a una gran distancia de hasta 7.730 km del punto de origen.
El analista utilizó la relación entre el volumen de una estructura de aire llena aplastada por la presión y la frecuencia de la señal transmitida para determinar la profundidad exacta a la que el submarino implosionó. Sus cálculos dan una profundidad de 468 m indican que generó una energía equivalente a la explosión de 5.216 kg de TNT.
Según la información conocida, el comandante del San Juan ordenó sumergirse a 40 m para reparar las baterías y permitir que la tripulación descanse. Esto indica que tenía la intención de enviar personal al compartimento de la batería. El análisis de los naufragios de los submarinos estadounidenses después de las explosiones de hidrógeno mostró que siempre ocurrieron mientras el personal trabajaba en las baterías mientras se recargaban. Esto condujo a cambios en los procedimientos para prohibir el acceso a los compartimientos de la batería durante la carga.
En el caso del San Juan, las baterías no se recargaban, pero a medida que el submarino se sumergía, el sistema de ventilación no podía disminuir la concentración de hidrógeno causada por los cortocircuitos. Por lo tanto, fue suficiente una chispa para causar la explosión.
Esta explosión de hidrógeno fue un evento extremadamente rápido, de aproximadamente 30 milisegundos para extenderse a todo el submarino. Un ser humano tarda entre 80 y 100 milisegundos en registrar un evento. Toda la tripulación murió instantáneamente sin sufrir, ni se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo. El hecho de que, después de la explosión, ninguna de las boyas de emergencia en ambos extremos del submarino fuese lanzada, confirma esta conclusión y niega la suposición de que la tripulación luchó durante horas contra el fuego.
