Está claro que esos dos contratos ayudan, pero también está claro que EEUU tiene mucha más influencia en Canadá, empezando por la lógica vecindad y protección "mutua" (realmente EEUU protege norteamérica).
A partir de los años 1920s, la estrategia de defensa canadiense se modificó porque los planificadores descartaron la posibilidad de un conflicto transfronterizo. Los vínculos económicos y culturales se fortalecieron a medida que las sospechas sobre la influencia estadounidense retrocedieron. Se etablecieron legaciones en 1926 y ya no se trataban entre sí a través de oficinas británicas. Más importante fue el impacto de la cultura popular estadounidense a través de la radio, las películas y el automóvil.
La Guerra Fría, que comenzó en Ottawa con el "asunto Gouzenko", realmente dio forma al carácter de las adquisiciones para el RCAF con sus luces y sombras. La naturaleza de las misiones de RCAF fueron dos: primero la defensa aeroespacial continental a través de NORAD y luego la presencia en Europa con la disuasión nuclear primero y luego con la política de respuesta flexible. Esto, obviamente, obligó a un cierto nivel de comunalidad con los aliados. En el caso europeo, la elección fue el F-104 Starfighter, un avión con implementación ampliada de la Luftwaffe. Otro elemento más importante a considerar es la cooperación industrial que se extiende desde el mercado civil hasta el militar. Es curioso cómo algunas adquisiciones que resultaron ser totalmente erróneas para el RCAF al final fueron un éxito comercial como en el caso del F-5 "Freedom Fighter". Aunque hay ciertos avances en los productos europeos, la pesada herencia del pasado aún dará forma a la adquisición para el futuro cercano. Más aún cuando la convección de la historia nos devuelve a los viejos tiempos de la amenaza rusa.