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Las 21 razones para que España no entrase en la Segunda Guerra Mundial del lado de Alemania.

Por Günter "Modroño" Prien


Hendaya

Introducción

El 23 de Octubre de 1940 el Jefe del Estado Español Francisco Franco y el Führer-Canciller del Reich Adolf Hitler se reunieron en Hendaya, en la frontera hispano-francesa. Tras esta reunión el único resultado fue un documento conjunto redactado por los ministros de exteriores de ambos países, acordando el compromiso de España con la causa del Reich y prometía entrar en la guerra cuando España lo estimase oportuno.

A los pocos días el embajador alemán en Madrid, Von Stohrer, comunicó Serrano Suñer por aquel entonces ministro de exteriores, el deseo del Führer de reunirse con él, en el Berchtesgarden, donde Hitler se retiraba a obtener calma para reflexionar sobre la marcha del Reich y la Guerra. La elección de este sitio es curiosa, ya que era el favorito de Hitler debido a su paisaje, además allí el Führer no solía vestir de uniforme, por lo que era una reunión informal.

Serrano Suñer aceptó la proposición del Führer pero después quiso que se convocase un Consejo de Ministros extraordinario para recavar opiniones sobre la postura que debería mantener antes de la reunión programada para el 18 de Noviembre de 1940. El Consejo fue presidido por Franco y acudieron los Generales Vigón y Varela, el Almirante Moreno y el Capitán de Navío González Aller.

Serrano Suņer reunido con Hitler
Serrano Suñer en la entrevista con Hitler

La conclusión fue que España no podía ni debía tomar parte en la guerra. Durante toda la reunión el Almirante Moreno estuvo exponiendo los problemas, sobretodo navales y económicas, que implicaba la entrada en la Guerra.

El origen de su posición se remonta días antes, concretamente al 10 de noviembre de 1940. El Almirante Moreno estaba preocupado por los acontecimientos y llamó al por aquel entonces Capitán de Fragata y Jefe de Operaciones del Estado Mayor de la Armada, Luís Carrero Blanco. Se reunieron esa misma noche para dar un paseo por Madrid para charlar.

Cuando se encontraban cerca del Palacio del El Pardo, el Almirante Moreno hizo detener la marcha del vehículo y rogó a Carrero Blanco que le acompañara a un lugar despejado y sin población alguna, lo que sorprendió al Capitán de Fragata.

Sin rodeos, el Almirante Moreno le informó de los acontecimientos, de las presiones alemanas y que en unos días había convocado un Consejo de Ministros extraordinario para tratar la futura reunión de Serrano Suñer con Adolf Hitler.

Estuvieron comentando los pros y contras de la entrada española y el Almirante Moreno solicitó a Carrero Blanco que redactara un documento con ellos para ser tratado en el Consejo.

Carrero Blanco lo redactó esa misma noche y se lo entregó al día siguiente, el Almirante Moreno lo aprobó y le solicitó que lo acompañara a la reunión, pero no pudo participar en la misma.

Franco quedó bastante impresionado con el documento y preguntó al Almirante Moreno quien era su autor, a lo que contestó “Mi jefe de Operaciones, el Capitán de Fragata Carrero Blanco”. El día 6 de Mayo de 1941 Franco nombró a Carrero Blanco subsecretario de la Presidencia del Gobierno iniciando así una estrecha relación con el Caudillo que terminó el 20 de diciembre de 1973, tras fallecer victima de un atentado realizado por la banda terrorista ETA.


El documento de Carrero Blanco. Las 21 razones.

Carrero no realizó introducción alguna, quizás porque no tenía suficiente tiempo, fue directamente a redactar sus razones. Transcribo literalmente el documento, ya que es fácilmente comprensible.

1. La iniciación de las operaciones italianas en Grecia, así como las relativas a la existencia de tropas alemanas en Rumania, y a la retirada de importantes contingentes germanos del litoral del norte de Francia, hacen pensar en la posibilidad de un cambio en el plan general de la guerra establecida a raíz del armisticio con Francia, basado en un ataque directo a las Islas Británicas, y en la puesta en ejecución de una acción de gran envergadura en dirección a Palestina. Todo parece indicar que el objetivo de las operaciones de invierno es la ocupación del Canal de Suez, atacándolo simultáneamente desde el Este y desde el Oeste.

2. La situación actual de la guerra pudiera resumirse en los siguientes términos:
a. Se ha desistido, al menos hasta que pase el invierno y vuelvan los buenos tiempos, del desembarco en Inglaterra. La guerra en el Norte se manifiesta exclusivamente en acción de agotamiento de las islas Británicas, con bombardeos aéreos pertinaces a puertos y regiones industriales e intensa acción naval contra las comunicaciones marítimas británicas.
b. Al alargase la guerra, y dada la actitud de solidaridad de los EEUU respecto a Inglaterra, el problema militar del Eje queda, en cierto modo, en un segundo plano respecto a la importancia económica de Europa entera. Se hace necesario, indudablemente, que Europa pueda vivir, prescindiendo de los recursos de ambas Américas, todo el tiempo que sea necesario hasta la terminación de la guerra y para ello es indispensable proceder a una profunda reorganización económica del viejo mundo, explotando y dosificando racionalmente los recursos europeos, de la mayor parte de África y Asia Occidental y esto exige como cuestión fundamental arrojar a los ingleses del Mediterráneo y, quizás también contar con la cooperación de Francia.

En estos dos puntos, Carrero Blanco, expone claramente la situación actual del conflicto, pero llama la atención el hincapié que hace sobre las cuestiones económicas. Asume por completo el corte de comunicaciones que significa la entrada en la guerra, con el Atlántico (más tarde vuelve a reseñarlo) y sostiene que es necesaria la expansión hacia Oriente, para el sostenimiento económico de las potencias del Eje. Apuesta claramente por ocupar el Próximo Oriente, no planteándose la ocupación de la URSS.

3. El dominio efectivo de este mar, convirtiéndole en una especie de Báltico al margen de la acción de las fuerzas de superficie inglesas, pues las submarinas siempre tendrán posibilidades de actuar, ya que la obstrucción submarina completa del estrecho es posible que no se pudiera realizar al menos en mucho tiempo, exige además la ocupación de dos accesos: Canal de Suez y Gibraltar

Carrero Blanco apela a que el Mediterráneo se convierta en un Mare Clausum, pero aún con la ocupación de los dos accesos, eso sería complicado, debido a la falta de medios de la Armada y de Artillería Costera.

4. Ante esta situación, basada, es cierto, en elementos de juicio seguramente incompletos, pero que aprecio muy próxima a la real, considero mi deber someter al elevado juicio de Vuestra Excelencia (Francisco Franco) mi punto de vista en orden a una orientación general del plan naval en el caso en que a los altos intereses de España, providencialmente en manos de Vuestra Excelencia, conviniera nuestra intervención en la guerra.

5. La ocupación de Gibraltar, o al menos la inutilización de su base naval, requiere, indudablemente, la entrada de España en la guerra al lado del Eje. Ahora bien, al entrar España en la guerra frente a Inglaterra es evidente que perderíamos las comunicaciones marítimas a través del Atlántico, como las perdió Alemania desde el mismo momento de comenzar el conflicto no obstante dispone de una fuerza naval muy superior a la nuestra. El petróleo, la gasolina, el trigo y cuantos recursos indispensables para la vida de la nación llegan con más o menos dificultades desde América quedarían cortados. Estos recursos no podrían llegar por el Mediterráneo, porque tendrían que proceder del mar Negro, y mientras los ingleses estén en Alejandría las comunicaciones marítimas en el Mediterráneo Oriental están también cortadas, y no nos quedará, por lo tanto, otra comunicación para abastecer de víveres, combustible y material de todas las clases, que el ferrocarril con Alemania a través de Francia, comunicación ésta a todas luces insuficiente, aún suponiendo que Alemania disponga de lo que nosotros necesitamos en cantidad suficiente para proporcionárnoslo.

El punto 5 quizá sea el más importante, Carrero Blanco, presupone muy correctamente lo que nos sucedería si hubiésemos entrado en la guerra a favor de Alemania. Nuestras comunicaciones marítimas serían cortadas y el petróleo estadounidense o el trigo argentino dejarían de llegar, empeorando la situación de España de forma incalculable, sería un desastre sin paliativos.

La comunicación vía francesa, es imposible por la deficiente red ferroviaria española, faltando en muchos tramos tendido eléctrico, ancho de vía diferente o como hecho curioso se temía que el puente de Hendaya se viniera abajo cuando el Caudillo fue a entrevistarse con Hitler. Además duda incluso que la propia Alemania tenga lo suficiente para sostener una larga guerra.





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