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MISILES



HAWK


A lo largo de la historia, en sus contiendas el hombre siempre ha intentado infligir el máximo daño a su oponentes exponiéndose él lo menos posible. Empezó usando su propia fuerza para proyectar objetos a una distancia limitada y más adelante le siguieron máquinas simples como la catapulta. Un gran salto cualitativo en este campo fue la aparición del cañón en el siglo XIII en China. Aunque muy toscos e ineficaces, la semilla estaba plantada, y éstos se fueron perfeccionando logrando mayor alcance y precisión. No obstante, se llegó a un límite en su alcance (Principal característica) y además, al aumentar éste, también ser perdía en precisión. Esto hizo que los ingenieros y científicos comenzaran a plantearse una nueva opción que hasta entonces había sido relegada a un segundo plano; Los cohetes. Estos, a diferencia del cañón que otorgaba un intenso y breve empuje inicial, poseían una autopropulsión duradera, de forma que eran constantemente acelerados, y para incrementar el alcance bastaba con aumentar el tamaño del proyectil.


LOS COHETES

Cohete chino
Grabado que muestra a un soldado imperial chino lanzando un cohete militar
Los pioneros en desarrollar este ingenio fueron nuevamente los chinos. Un cohete, en su forma más básica es un tubo con uno de sus orificios tapado y relleno de alguna materia propelente como la pólvora, que al quemarse genere abundantes gases calientes, que por el efecto acción-reacción lo impulsen al salir por el orificio libre. Su primera aplicación bélica conocida fue la que le dieron los chinos al acoplar un pequeño cohete a las flechas, mejorando notablemente la cadencia de tiro de los arcos. A finales del siglo XVIII les tocó el turno a los indios contra los ingleses. Estos poseían unos pequeños cohetes en grandes cantidades, que usaron a discreción contra los británicos provocando su retirada. Esto demostró que podían ser un arma eficaz y el enemigo vencido tomó buena nota, desarrollando los suyos propios y mejorándolos. William Congreve fue quien lideró la investigación desarrollando el modelo típico de cohete y varilla larga con una pequeña cabeza explosiva en la punta. Este modelo fue destinado a la Royal Navy, que lo utilizó ampliamente en la guerra contra Francia. Ya a mediados del siglo XIX, cuando el cohete estaba presente en la artillería de muchos ejércitos, otro británico, William Hale, tuvo la idea de aplicar la teoría de giro de las balas a los cohetes, para así evitar que variasen su trayectoria sin recurrir a la ineficaz varilla. Conseguía ese giro imprimiéndole una ligera deflexión a los gases de salida en las tres pequeñas toberas. No obstante, llegados a este punto, los cañones mejoraron notablemente pero el cohete quedó estancado.

Fue a finales de siglo cuando el profesor ruso Konstantin Tsiolkovsky desarrolló multitud de ideas sobre cohetería, concretamente, la más notable fue la aplicación del combustible líquido. Otro hombre que impulsó notablemente esta ciencia a nivel teórico fue Herman Obert. Pero finalmente el impulso práctico, bastante grande por cierto, vino de mano de Robert H. Goddard. Este enfocó su investigación en torno al motor de combustible líquido. Al primer prototipo que voló durante tres segundos el 16 de marzo de 1.926 le siguieron otros muchos, cada vez más grandes y potentes. Otra importante innovación que introdujo fue la de equipar a los cohetes con giroscopios. Estos, conectados a unas aletas de control en la base hacían que el cohete siguiese una trayectoria recta sin necesidad del sistema de rotación, bastante engorroso en cohetes de tamaño considerable. Finalmente, tras una serie de fracasos, Goddard que era muy introvertido, optó por abandonar sus proyectos y pasó a ser un ingeniero más en el programa de cohetes del ejército de los Estados Unidos. Falleció el 10 de agosto de 1.945.

Cohetes
Armeros fijando cohetes bajo el ala de un caza estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial
Durante la Segunda Guerra Mundial se produjo un gran desarrollo en este campo. Los cohetes ofrecían una atractiva alternativa a los cañones al ser estos más baratos en conjunto y más adaptables a las diferentes situaciones de la batalla. El modelo de motor más extendido fue el de combustible sólido, ya que el líquido quedó relegado a tareas de RATO (Rocket assisted Take Off, Despegue asistido por cohetes). El sistema sólido era mucho más económico, fiable y eficaz para su uso en cohetes de pequeño y mediano tamaño que a su vez fueron los únicos. Se utilizaron para todo. Alemania, la URSS y EEUU fueron los países que más los usaron. El denominador común fueron los que equiparon los cazas y otros aviones. Estos los portaban bajo las alas como apoyo al cañón, insuficiente contra objetivos grandes o resistentes. Dada su ligereza y aerodinámica forma no encontraron demasiadas trabas a la hora de ser adaptados en unos discretos raíles. Los más pequeños eran incluso válidos como arma de combate aéreo y para ellos, Alemania fabricó un modelo específico, El R4M (Rakete 4 kg Minenkopf). Se cargaban hasta 24 de ellos bajos las alas en contenedores compactos y se disparaban de una vez. Eran letales contra los bombarderos pesados. No obstante, su uso habitual era el ataque terrestre. Una vez hecho el cohete, se le podían adaptar diferentes cabezas de guerra; Anti-blindaje, de propósito general, incendiaria, etc… De estos, uno de los más notables fue el Tiny Tim estadounidense. Encargado por la US Navy con el fin de poseer un arma efectiva para hacer frente a los defendidos buques japoneses, los Tiny Tim tenían un rango de 1.500 metros y una cabeza de guerra perforante de 68 Kg. Con ellos podían atacar a los portaaviones y acorazados, fuertemente protegidos por una densa AAA desde una distancia más segura.

Katiushka
Batería de Katiushkas disparando
En el ámbito naval también gozaron de cierta presencia, aunque los grandes cañones que equipaban los buques de guerra les desterraron a tareas muy específicas. Señalar entre ellas las de barrer las playas previamente ante un desembarco, equipando algunas barcazas con lanzadores múltiples. También en éstas se usaron con el fin de lanzar cabos a lo alto de los precipicios y poder escalarlos, penetrando de esa forma por una zona que el enemigo no lo esperase. Finalmente en el campo terrestre, si que gozaron de un gran protagonismo, ya que aquí si que existía ya una tradición. Con los cohetes se conseguía una movilidad y sorpresa superior a la de los cañones, ya que además superaban notablemente la cadencia de tiro de éstos. Si aquí debemos señalar alguno concreto, este habría de ser sin duda el famoso Katiushka soviético. Este sistema consistía en un camión convencional sobre el que se montaba un conjunto de 8 rampas de 5 metros de longitud. En cada una se montaban dos cohetes y la totalidad de éstos podía lanzarse en unos 8 segundos cubriendo un alcance de unos 8.500 metros. Otro nombre por el que es conocido y que le fue asignado por los alemanes fue el de “Órgano de Stalin”.

Desde entonces hasta ahora, los cohetes han evolucionado muy poco dándoseles el mismo uso que en aquella época. Ataque Aire-Superficie ligero y Superficie-Superficie medio. Esto se debe a que su evolución dio lugar a una nueva variante, el misil.


MISILES

El principal defecto que adolecen los cohetes es su falta de precisión. Una vez disparado y agotado su combustible sigue una trayectoria balística invariable al igual que los proyectiles de cañón. Lo único que puede hacerse es estimar la posición del enemigo y apuntar lo mejor posible. Eso hace que sean necesarias grandes cantidades para causar los efectos deseados. No obstante, dada su limitada velocidad en comparación a los cañones y su versatilidad, permitían la inclusión en el conjunto de algún sistema de guía. Es esta capacidad lo que diferencia al misil de cualquier otro arma, la posibilidad de elegir el objetivo exacto, y ello puede conseguirse de diversos métodos; Programando la zona previamente en el misil, controlándolo desde la plataforma de lanzamiento durante su vuelo o haciendo que este mismo, a través de sensores busque automáticamente a su objetivo y lo siga. Cada método es apropiado para un determinado fin, pero en cualquier caso, usando el adecuado se consigue destruir el objetivo con un solo disparo y con mayor certeza.

Otro denominador común en los misiles es que son autopropulsados por su propia motorización y conviene señalar que si bien, éstos nacieron del cohete y por lo general esta es su propulsión habitual, también existen propulsados por turbina y otros medios.


Los inicios

De nuevo hemos de remontarnos a la Segunda Guerra Mundial para conocer los inicios de los misiles. Estos aparecieron de manos alemanas en su frenética carrera para encontrar un arma que cambiase el sentido de la contienda a mediados de la misma. Dado que el avance aliado se estaba produciendo en todos los medios, a la vez que diseñaron los primeros misiles, estos fueron de varios tipos y mientras que algunos fueron por necesidad, otros lo fueron por simple sed de venganza, como su propio nombre indicaba.

En el campo de los misiles balísticos crearon la Vergeltungswaffe 2 (Arma de venganza 2) comúnmente conocida como V2. Este misil era básicamente un cohete monoetapa de combustible líquido del tipo “programable” ya que su sistema de guía consistía en unos giroscopios en los cuales se programaba la trayectoria a seguir, por lo general la que acababa en Londres. Esto puede llevar a la confusión ya que un cohete en trayectoria balística pura, con los correspondientes cálculos podría hacer lo mismo, pero realmente jamás gozaría de la precisión otorgada por los giroscopios, ya que corregían las desviaciones en la ruta (Por el viento por ejemplo) a medida que el misil se desplazaba, garantizando que caería en la zona fijada.

V1
V1 que acaba de abandonar la rampa de lanzamiento. Aun conserva el impulsor de vapor
Por parte de los misiles de crucero, la Luftwaffe creó su propia Vergeltungswaffe, la V1, ya que la otra era operada y gestionada por la Wehrmacht y Göring no podía permitir tal cosa. En este caso se trataba de un concepto mucho más simple. Una bomba con alas impulsada por un motor pulsoreactor. Esta también usaba giroscopios, pero estaban más limitados y simplemente operaban las superficies de control para mantenerla en su ruta. No podía programársele un objetivo concreto y tenía que ser disparada apuntando ya al mismo. Mediante un rudimentario sistema se calculaba la distancia recorrida y cuando se suponía que ya sobrevolaba el objetivo el combustible se cortaba y la bomba caía. Al igual que los actuales misiles de crucero, dada su limitada velocidad, la V1 era fácilmente interceptable, lo que le hacía ineficaz. No obstante, los misiles actuales suplen esa carencia sirviéndose de la tecnología más puntera para volar a ras de suelo y evitar ser detectados.

Finalmente en el área de misiles convencionales crearon una gran variedad de tipos. Superficie-Aire, Aire-Aire, Aire-Superficie y Superficie-Superficie (Estos últimos al nivel de la V2).





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