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MISILES CONVENCIONALES

En este apartado, que será el que tratemos en el artículo, entran los misiles propulsados por motor de cohete y que por lo general poseen un rango inferior a los 500 Km (La gran mayoría, salvo unos pocos balísticos de ataque continental y los ICBM que veremos aparte). Estos son los más extendidos y de los que existen gran variedad a causa de su precio relativamente bajo y su versatilidad y digo relativamente ya que estas armas son realmente caras y con un desarrollo complicado, pero ya los misiles de crucero y los ICBM están al alcance de muy pocas naciones, especialmente los últimos.


Clasificación básica

Para la mejor compresión del artículo, dada la multitud de aspectos que caracterizan a estos misiles, los agruparé en diferentes clasificaciones, y en este caso, comenzaremos según su tipología básica, es decir, según su funcionamiento.


- Programables: Son los más simples. Antes de ser disparados se les programa una ruta y el punto de impacto al cual se dirigen tras ser lanzados. Su principal inconveniente es que una vez disparados, su rumbo será fijo e invariable.

Iris-T
El misil pasivo Iris-T, futuro misil IR europeo
- Pasivos: Solo poseen un detector que se limita a buscar un determinado tipo de radiación del espectro electromagnético que el objetivo emita. Por ejemplo, el AIM-9 Sidewinder estadounidense es un misil Aire-Aire que posee un detector de radiación infrarroja (Calor). Con él busca las emisiones de gases calientes de los motores de los aviones dirigiéndolo hacia las mismas. Solo hay que indicarle hacia donde buscar y una vez disparado el piloto puede olvidarse de el ya que el misil lo hará todo. Otras posibilidades de detección serían el radar y la luz. Estos misiles pertenecen al conjunto “Fire & Forget” (Dispara y olvida). Diagrama

Wasserfall
El misil antiaéreo alemán Wasserfall, probablemente el primer misil radiocomandado
- Semi-activos: Al igual que los anteriores solo poseen un detector, pero este busca en una zona del espectro en la que los objetivos no suelen emitir, a saber: Radar y láser. Es por esto que necesitan alguna fuente emisora de esa radiación que “ilumine” (Es este el termino técnico y correcto aunque no se refiera a luz visible) al objetivo, para que al reflejarse sobre el mismo, el detector pueda captarla y guiarse hasta él. Por lo general la fuente emisora suele ser la propia plataforma de lanzamiento, pero también suelen darse casos de ser ajenas, como cuando un comando infiltrado ilumina con un láser un puente para guiar al misil hasta él con mayor precisión que el avión. En el caso de los semi-activos el principal inconveniente que presentan es que el objetivo ha de estar constantemente iluminado, ya que de no ser así, el misil se perderá. Diagrama

- Activos: En este caso los misiles también poseen un sensor que no busca la radiación que los objetivos suelen emitir, pero llevan incorporado en el conjunto una fuente emisora para iluminarlos. De esta forma, a pesar de utilizar el mismo sistema que los semi-activos, la plataforma de lanzamiento puede olvidarse de ellos, por lo que éstos también pertenecen a la categoría Fire & Forget. En este grupo, la radiación utilizada está limitada al radar.Diagrama

- Teledirigidos: En esta última variante, la plataforma de lanzamiento controla mediante un radar, u otro sistema, la posición constante del objetivo y con algún sistema de telemando (Radio, cables, etc…) va guiando el misil hasta el mismo. En esta variante el misil carece de sensor. En caso de transmitir las órdenes mediante radio, el misil se conoce con el nombre de radiocomandado, y si lo hace con cables, el sistema se conoce como filoguiado. Al igual que los semi-activos, si la plataforma corta el seguimiento del objetivo, el misil errará. Diagrama.

A pesar de todo, hoy día muchos misiles incorporan la combinación de varios de estos métodos con el fin de aumentar las posibilidades de éxito. Por ejemplo un misil activo puede configurarse como pasivo para que se limite a buscar emisiones de radar en caso de que el blanco esté emitiendo.


Sistemas de control

El misil puede ser dividido en 4 sistemas principales: Motor, cabeza de guerra, sistema de guía y sistema de control. Es en este último en el que nos centraremos ahora. El sistema de guía es quien dicta hacia donde debe dirigirse el misil, pero es el de control el que interpreta y ejecuta esas órdenes. Hemos de tener en cuenta que al igual que en el caso de los aviones, es la sustentación lo que mantiene al misil en el aire, y por ello en su desplazamiento a través del mismo rigen las mismas normas y se aplican los mismos principios. Recordemos que la principal virtud del misil es que puede variar su rumbo al margen de las trayectorias balísticas, y para ello se sirve de unas superficies de control como los aviones. Estas superficies son las aletas que podemos apreciar en su fuselaje y que son accionadas mediante servomecanismos conectados al sistema de control. Es este el que decide que inclinación darles con el fin de lograr el rumbo deseado. Estos planos reciben diferente nombre según su ubicación en el cuerpo del misil:


Patriot
El misil Patriot, que solo posee aletas de cola
- Aletas de cola: En este caso las superficies de control se colocan en la zona trasera. Esta es la opción más habitual ya que ofrece una gran maniobrabilidad cuando opera con fuertes ángulos de ataque. Esta es una virtud que se valora en misiles cuyo objetivo sean aviones, ya que son los que ofrecen un blanco más difícil y escurridizo. No obstante también se usan en otros tipos de misiles. En cualquier caso, fijas o móviles, las aletas de cola se incluyen en todos los misiles.


Skyflash
El británico Skyflahs posee control mediante alas con aletas traseras fijas
- Alas: Esta variante fue la más primigenia y no por ello está carente de algunas ventajas sobre el resto. Aquí las superficies de control se encuentran en la zona media, y con ello se logra unos tiempos de respuesta bastante rápidos y una mayor estabilidad del misil, facilitando la tarea de la cabeza buscadora. No obstante, el efecto que producen es menor al de las aletas de cola y para lograr los mismos resultados han de ser considerablemente más grandes. Esto también implica que generen unos vórtices mayores afectando negativamente tanto al rendimiento del misil como a su control. Hay que señalar que muchos misiles que delegan el control en superficies ubicadas en otro lugar incluyen alas fijas con el fin de aumentar su sustentación y favorecer la maniobrabilidad. Lo mismo puede pasar con las aletas de cola o los planos Canard.


Archer
El complejo Split canard del Archer que además incorpora unos pequeños deflectores adicionales delanteros (Los de color gris)
- Planos canard: Estos ocupan la posición delantera, cerca de la cabeza buscadora. Los planos canard, gracias a su ubicación permiten al misil omitir las alas ya que ofrecen la elevación necesaria sin tener que recurrir a la sustentación adicional de éstas. Su principal ventaja radica en lograr una buena respuesta en ángulos de ataque poco pronunciados, no obstante, el estar adelantados al centro de gravedad provoca una falta de estabilidad que requiere de grandes aletas de cola fijas para poder equilibrar. Esto se ha solucionado mediante el sistema “Split canard” que consiste en colocar unas pequeñas aletas frente a los canards. Estas generan unos vórtices frente a ellos aumentando su efectividad y además de conseguir una estabilización delantera mejorando en general la maniobrabilidad.


Archer
Tobera y deflectores de flujo del R-73
Otra posibilidad de control del misil muy efectiva y poco común es la de flujo vectorial. En ella el control de la dirección se produce gracias a la emisión de los gases en un determinado ángulo. Esto se puede conseguir de diferentes métodos: Inyectando gases calientes o combustible desde una determinada zona dentro de la tobera, colocando unas superficies deflectoras en la salida que desvíen el flujo o mecanizando al tobera y haciéndola completamente vectorial. Esto dota a los misiles de una enorme capacidad de maniobra. No obstante nunca se delega totalmente el control del mismo en este sistema, ya que los misiles no mantienen el motor encendido en todo momento. Tras unos segundos en los que son acelerados a su máxima velocidad, el misil continúa gracias a su energía mecánica (Principalmente cinética) con el motor apagado por haber consumido todo su combustible, y sin los gases de este, el sistema es ya inútil. En caulquier caso, lo más habitual es encontrar una combinación de varios tipos.





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