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Sistemas de guía

AGM-65 Maverik
El sensor del sistema de guía suele alojarse en la punta de los misiles, como en este Maverik por ejemplo
Como ya dijimos, la diferencia entre el misil y su antecesor el cohete la marca el hecho de que los primeros son guiados. Tras quedar patente la versatilidad y eficacia de los misiles, los ejércitos se dedicaron a diseñar multitud de sistemas de guiado con el fin de aumentar éstas. Por su sencillez, el primer sistema fue el de filoguiado, pero en paralelo también se desarrolló el radiocomandado, de lo que se deduce que los primeros misiles fueron todos teledirigidos. No obstante, los alemanes también realizaron algunas tentativas con sistemas más avanzados pero sin demasiado éxito. Ya con la aparición del transistor a finales de 1.947 se avanzó mucho en este aspecto gracias a la revolución que supuso este componente en el campo de la electrónica sustituyendo a las poco funcionales válvulas de vacío y permitiendo sistemas más complejos. Esto posibilitó el uso de sensores más o menos simples que dieron lugar a los primeros misiles pasivos y semiactivos, pero también dio pie a desarrollar y perfeccionar los misiles teledirigidos y programables que hoy día se siguen usando en buena medida. Por ser estos últimos los más sencillos, comenzaremos esta clasificación con ellos.


Programables

El principal sistema de guía en los misiles programables es la inercial. En ella, al misil se le programa previamente una ruta con el fin de que la siga en su viaje. Esto se consigue mediante giroscopios, los cuales sirven para detectar con suma precisión cambios de posición y rumbo. De esta forma, basándose en la información de los giroscopios y la que le fue programada, el misil conoce en todo momento su posición y a donde debe dirigirse. Este sistema es útil para objetivos estáticos y cuya ubicación se conozca con exactitud. Por ello suele usarse contra grandes superficies donde la precisión no es necesaria. Otra posibilidad muy usual hoy día es la combinación de este método con otro sistema de guía cuando la distancia al objetivo impide el correcto funcionamiento del sistema normal. Al misil se le programa la posible ubicación del objetivo, y una vez cerca de él, el control del arma pasa al otro sistema de guía que le otorgará una mayor precisión.


Teledirigidos

Una de las formas de guiar un misil es manualmente y obviamente ha de hacerse a distancia. El método más sencillo es el filoguiado ya que requiere pocos circuitos y es barato. Mediante un panel de mandos sencillo en el que existe un dispositivo de control de 2 ejes, generalmente una palanca, se controla el lanzamiento del misil y su dirección. Este está conectado mediante hilos conductores a la plataforma de lanzamiento y a los controles y a su vez, los hilos están enrollados en unos contenedores que facilitan su rápida liberación. Estos contenedores, que por lo general estarán alojados en el misil contendrán hilo suficiente como para cubrir el alcance máximo del mismo. Una vez que el misil abandona la plataforma el operador lo controla para que se dirija al blanco, y al poder realizar correcciones a lo largo de todo el recorrido, da igual que el objetivo se encuentre en movimiento.

X4
El X-4, misil Aire-Aire MCLOS filoguiado. En la imagen puede apreciarse la bobina de hilo con forma de bulbo en el extremo de la aleta
El método descrito anteriormente es el más básico e ineficaz, ya que a las velocidades que el misil suele alcanzar es difícil de conseguir un control preciso. No obstante este sistema fue el que utilizaron los primeros misiles desarrollados por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, pioneros en la creación y uso de estas armas. El nombre que recibe es MCLOS (Manual Command to Line of Sight, comando manual en la línea de visión). Esto significa que el operador debe guiar de forma totalmente manual el misil a su objetivo, y para facilitar esa tarea lo idóneo es que la trayectoria del misil siga la línea recta que forman el tirador y el objetivo, así el operador solo a de centrarse en que la trayectoria del misil centre al objetivo. En caso de que el misil se aproximase desde otro ángulo que no fuese la línea de visión, su precisión se va a ver reducida drásticamente. Con el fin de facilitar su guía, al no ser fácilmente visible un misil a distancias de un kilómetro o más, suele incorporársele en la zona trasera una bengala que identifique de forma clara su posición constante. En cualquier caso, como ya dijimos este sistema tiene un porcentaje de aciertos bajo aún con artilleros muy entrenados lo que llevó a diseñar un nuevo sistema. Diagrama

AT-4 Spigot
Sistema portatil del AT-4 Spigot, misil SACLOS. Nótese que dispone de una mira mucho más compleja
El SACLOS (Semi Automatic Command to Line Of Sight, comando semiautomático en la línea de visión) supone una evolución del MCLOS que simplifica la tarea del tirador y con ello la aumenta enormemente precisión. Los alemanes ya lo tantearon un poco pero no les dio tiempo a finalizarlo. En este caso la mira, que es móvil, posee unos sensores capaces de detectar al misil. Estos suelen verse ayudados por bengalas de una composición concreta y por otras fuentes de radiación (Luz, infrarrojos y ultravioleta principalmente). El funcionamiento puede ser algo complicado. El artillero centra en la mira a su objetivo y dispara. En ese momento los sensores detectan al misil y calculan su desviación con respecto a donde apunta la mira. Envían estos datos al procesador central que a su vez envía a través de los cables las ordenes necesarias para corregir su rumbo, cesando éstas en cuanto el misil se ajuste a la línea de visión. Supongamos que el objetivo se mueve. En ese caso el artillero mueve la mira para mantenerla en todo momento sobre él. Por su parte el misil seguirá su camino, pero la mira apunta en una nueva dirección, lo que será detectado por los sensores que lo interpretarán como una desviación del mismo iniciándose de nuevo el proceso de corrección de rumbo. En resumen, el artillero solo tendrá que limitarse a mantener a su objetivo centrado en la mira y será la plataforma la encargada de que el misil se dirija en todo momento a donde apunte la mira. Diagrama.

ESSM
El ESSM es radiocomandado hasta llegar a las proximidades del objetivo, donde se vuelve semi-activo
El MCLOS y el SACLOS son los principales sistemas de guía por cable, pero hay ocasiones en las que no se puede recurrir al filoguiado por lo que el cableado se sustituye por ondas de radio. Basta con colocar en la plataforma un emisor y en el misil un receptor. Esto da lugar a los misiles radiocomandados o radiodirigidos. Por otra parte, además de estas opciones para los misiles teledirigidos, existen otras en la que se automatiza totalmente el control del misil. En este caso, el principal sensor que eran los ojos del operador ha sido sustituido por otro sistema electrónico. El más habitual es el radar por su eficacia y precisión. En esta variante un radar detecta y mide en tiempo real los parámetros del objetivo como son su velocidad posición y dirección. Dichos datos son transmitidos al procesador central de la plataforma de lanzamiento que a su vez envía a través de radio (En estos casos usar cables no interesa dadas las misiones a las que va encomendado este sistema) las ordenes para ajustar el rumbo del misil hacia el objetivo. Este conjunto radar-radiocomando suele dar buenos resultados y ostenta una gran precisión. Los sistemas MCLOS/SACLOS-filoguiado y Radar-radiocomando son los que ocupan el grupo de misiles teledirigidos.

Llegados a este punto convendría señalar que junto a la línea de investigación de los misiles, existe otra paralela dedicada a restarles efectividad a éstos. Los medios con los que se intenta neutralizar a un misil se conocen como contramedidas, y su variedad es tan amplia como la de los misiles. Las hay de todo tipo, desde las más agresivas que consisten en la literal destrucción del misil a las más discretas, que simplemente intentan evitar que se dirijan al blanco. Las primeras son comunes para todo tipo de misil, y a la hora de destruirlos, poco importa cual sea su guía. En cambio, las que solo buscan evadirlos intentan engañar o entorpecer a su sistema de guiado con el fin de hacerles errar. En el caso concreto de los misiles teledirigidos, como ya dijimos, destruirlos sería una opción, pero este sistema es bastante más complejo y es tema para otro artículo. Para tener una idea aproximada de su funcionamiento, no deje de leer este otro artículo; "Sistemas activos"

En estos misiles es importante recordar que todo el sistema de guiado se encuentra en la plataforma de lanzamiento así que otra opción viable sería destruir la misma. Un ejemplo lo tenemos en los carristas, que al detectar una estela de humo que presumiblemente sea de un misil y que por su trayectoria les amenace, no dudarán en disparar con sus cañones al origen de ésta con la esperanza de destruir la plataforma. Esta táctica no deja de ser una contramedida. Ya entre otras posibles y menos radicales se encuentra el crear una cortina de humo que oculte al objetivo o en el caso de que la plataforma opere con radar confundir e interferir a éste, como veremos en los misiles semi-activos.





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