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El rugido de la bestia

Tal vez la característica más sobresaliente del Tigre II haya sido su potencia de fuego, no en vano el mismo Hitler insistió en armarlo con el cañón largo de 88 mm. El Tigre II llevaba un total de 86 proyectiles, entre los cuales se encontraban los Pzgr (Panzergranate, granada de tanque) 39/43, perforantes explosivos, los Pzrg 40/43, perforantes subcalibrados con núcleo de tungsteno, los Pzgr Gr 39/43 HL con carga hueca, además de los Sprgr, rompedores.

La proporción recomendada era de 50 % de estos últimos y 50 % Pzgr 39/43. Si se hallaban disponibles se llevaban también algunos Pzfr 40/43 para lidiar con los IS II. No se prefería a las cargas huecas, dado que su menor velocidad los hacía menos precisos, en tanto los Pzgr 40/43, pese a su poder de penetración, no eran tan destructivos, dado que carecían de explosivos. El KwK 43 resaltaba además por su notable precisión, dada las altas velocidades iniciales y, por lo tanto, tensas trayectorias.

Veremos en la siguiente tabla la capacidad de penetración de los distintos proyectiles, que fue determinada en pruebas en polígonos de tiro, sobre una plancha inclinada a 30º con respecto a la vertical.

Comparativa de municiones

A modo de comparación, el poder de fuego del KwK 36 L56 del Tigre I., bajo idénticas condiciones.

Comparativa de municiones

Asimismo la precisión del KwK 43 era superior a otras armas, siendo capaz de hacer blanco al primer disparo a 1000 metros. En la siguiente tabla se muestra la probabilidad expresada en porcentaje de acertar a un blanco de 2 m de alto por 2,5 de ancho, representando el frente de un carro adversario. Los resultados fueron extraídos del manual original del KwK 43 L 71, fruto de pruebas en polígonos.

Precisión

Como complemento del cañón el Tigre II disponía de tres ametralladoras MG 34 de 7,92 mm, una en el frontal de la barcaza accionada por el operador de radio, otra coaxial accionada por el artillero y finalmente una opcional montada sobre la torre y accionada por el comandante. También equipaba un lanzagranadas principalmente destinado a lanzar fumígeros, aunque en raras ocasiones también se usaba para lanzar granadas explosivas. Este se encontraba en el techo de la torre sobre el puesto del cargador.

MG 34
MG 34


Haciendo blanco

Los Tigre II que entraron en servicio estaban dotados, en su mayoría, de un visor monocular Turmzielfernrohr 9 d. Este se encontraba en el mismo eje que el cañón, paralelo a él. Se podían seleccionar entre dos, tres o seis aumentos, y a medida que estos aumentaban se disminuía el campo de visión. Cuando el tirador miraba por él, se encontraba con siete triángulos separados por 4 mm uno de otros. Para apuntar debía colocarse el blanco sobre uno de los triángulos, sirviendo la distancia entre ellos para apuntar a blancos en movimiento, y junto a la altura de los triángulos, para calcular la distancia al blanco. Existían además dos escalas ajustables para registrar el alcance, de intervalos de 100 m hasta los 3000 m para los Pzgr 39/43 e intervalos de 500 m hasta los 5000 m para el Sprgr 43.

Tiger II
Detalle del frontal de la torre donde se aprecia el orificio para el visor del tirador

La torre era girada por un motor hidráulico que era dependiente del motor principal, así con éste a 2000 rpm, la torre podía girar 360º en 19 segundos y a 3000 rpm lo lograba en 10 segundos, con ello se apuntaba aproximadamente al blanco. Para un ajuste más cuidadoso, se recurría a un mecanismo manual, controlado por el tirador y el cargador mediante ruedas de giro.

Tigre II
Unidad hidráulica del Tigre II ubicada bajo el puesto de artillero


Una fiera casi invulnerable

Frente a los carros aliados, el Tigre II era un gigante. Su blindaje lo ponía a salvo de prácticamente cualquier arma anticarro aliada. Incluso su blindaje lateral era invulnerable a los cañones de 75/76 mm aliados a distancias normales de combate.
Un informe del Heereswaffenamt del 5 de octubre de 1944, compara al Tigre II frente a sus potenciales rivales, estableciendo las distancias a las que podían penetrarse, bajo la suposición de que los carros presentan una inclinación de 30 º respecto al proyectil.

Los resultados están expuestos en las siguientes tablas:

Tigre II

Tigre II

Tigre II

Los números son por demás elocuentes, ahora bien un par de consideraciones, la primera es personal: si se observa la distancia de penetración del glacis del IS-2 es en 100 m mayor a la del Sherman, cosa imposible si se toma en cuenta el blindaje de cada uno. La segunda hace referencia a que las prestaciones del cañón del IS-2 han sido calculadas con proyectil perforante, ahora bien, este cañón disparaba a una velocidad relativamente baja (780 m/seg.) por lo que en la práctica el proyectil anticarro utilizado por los rusos era de carga hueca o alto explosivo que, teniendo en cuenta el tamaño del proyectil (122 mm), eran devastadores, aunque menos precisos. Teóricamente el Tigre II podía ser atravesado de frente por el cañón británico de 17 libras y 76 mm, utilizando un proyectil subcalibrado de tungsteno, pero estos eran escasos, poco precisos y no poseían explosivo.





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