Arggggght, tres personas no adecúan sus opiniones a las mías, malsonantes voces en mi unísono coro.
No importa, recurramos al clásico, citando de memoria:
"... cuan gritan esos malditos, pero mal rayo me parta si en terminando esta carta no hago pagar caros sus gritos."
Así pues, jóvenes y no tan jóvenes, aquellos que no respeten la lengua de Cervantes, el militar y escritor, no habrán de esperar sosiego ni cuartel.
Así digo y así firmo.
Un noble español.
¡Qué cojones!