Con todas armas modernas soviéticas llegando a Egipto y Siria, los israelies se hallaban en peligro de ser aplastados, borradis del mapa.
Los sirios poseían más carros que Gran Bretaña y Francia juntas. Enfrentada a la dura realidad de que los israelies combatían inútilmente, dado que sus pérdidas se correspondian con una incesante aportaci´ñon de de miniciones rusas, La Sra Meir se contactó pí²r teléfono con los Estados Unidos. Israel necesitaba como mínimo 100 nuevos aviones, carros de combate, artillería móvil y proyectiles dirigidos, le dijo oficialmente al presidente R.Nixon. Le respondieron que los EEUU no dejarían sucumbor a Israel y que las pewticiones de armamento estaban siendo estudiadas. Pequeños suministros de municiones encargados antes de la guerra fueron reunidos apresuradamente en bases americanas, dónde aviones de carga israelies los recogieron en secreto.
Aunque los norteamericanos apoyaban a Israel, vacilavan en cuanto a correr el riesgo de una escalada del conflicto del Oriente Madio hasta que resultó evidente que la ONU amenazaba la piedra ángular de la política exterioe del presidente Mixon (el frágil acercamiento que él y Kissinger fomentaban con la Union Soviética) asi como las perspectivas de cualquier arreglo de paz en el O.M.. Los árabes lo sabían y probablemente comprendian ya que nunca conseguirian arrojar a los israelies al mar, confiaban en que una guerra corta (terminada por un alto el fuego originado por la opiniín mindial) les traería una victoria psicológica y aumentarian las presiones sobre Israel para que devolviera los territorios conquistados en la guerra de 1.967. Por su parte los israelies habían reconocido tambien que otro choque con los árabes sería tanti una batalla política y diplomática, como una lucha militar. Por esa razón no habóa habodo acción preventiva o movilización prematura, declaró el embajador de Israel en Washington: "Queriamos que todo el mundo estuviera seguro de aue los israelies hboamos hecho lo imposible para impedir la guerra".
El Jueves 11 de Octubre de 1.973, cuabndo la contienda estaba en su sexto día, aún no había indicios de que saliera una fórmula de alto el fuego de las deliberaciones de la ONU. Una tentativa británica a acceder a una reunión de la Asamblea General terminó en una gran bronca cuando las acusaciones del delegado sirio hizo acusaciones en el sentido de que Israel había iniciado la guerra con ataques simultaneos a Egipto y a su país, el representante israelí respondió muy duramente. Las reacciones rusas preocupaban sobre todo a los norteamericanos tales reacciones fueron una curiosa mezcla de freno y beligerancia. Las declaraciones oficiales del Kremlin no pasaba de dar lo que los norteamericanos calificaban de "apoyo mínimo" a los árabes. Y el hecho de que técnicos y asesores rusos hubieran sido retirados de Egipto y Siria poco antes de que comenzara, parecía demostrar el deseo de la URSS demantenerse al margen. La seguridad de que no se permitiría que la guerra interfiriera el naciente estado de detente ruso-estadounidense apuntaban en la misma dirección. Entre bastidores sin embargo, los diplomáticos soviéticos en el O.M. exortaban a los líderes del Libano, Argelia y Jordania a unirse a la lucha. Sin ninguna evidencia de algún esfuerzo real de los rusos para persuadir a Siria y Egipto a hacer callar sus armas, y con las noticias de un masivo puente aéreo de equipo militar estaba equilibrando la balanza en contra de Israel, el presidente Nixon aprobó la recimendación del Grupo Especial de Acción, de embiar armas y municiones a Israel.
La operación de abastecimiento or vía aérea se puso en marcha a la mañana siguiente, y el Domingo 14 de Octubre de 1.973 aviones Galaxy despegaban de bases USA y transportaban sus cargamentos de cien toneladas, vía las Azores al aeropuerto de Lod en Israel.
Allí las armas y el material fueron cargados en C-130 Hercules de la Heyl Ha`avir que partieron hacía aeródromos avanzados en los frentes abiertos, donde se descargaron y se enviaron urgentemente a las tropas de primera línea.
Muchas de las nuevas armas norteamericanas, en especial los proyectiles anticarro TOW, se necesitaban en el Sinaí, donde se esperaba que los árabes explotaran el exito logrado en los dos promeros días de combate.
Los aviones constituían el requerimiento más urgente, por lo que los norteamericanos retiraron 36 A-4 Skyhawk y 32 F-4 Phantom de sus escuadrones de la USAAF y los mandaron en vuelo a Israel, al llegar se les pintó apresuradamente la estrella de David sobre la insignea estadounidense y sin más entraron en combate. Según esto los árabes dijeron que equivalía claramente a la participación activa de los EEUU en la guerra.
Los nuevos Phantom llegaron ya provistos del equipo ECM proyectado para bloquear las señales de los radares de seguimiento y dirección de los SAM-2 y SAM-3, los SAM-6 al ser nuevos en el campo de batalla no tenian contra medidas y habría que esperar a capturar uno. LLegaron tambien un amplio surtido de bombas inteligentes: Rockeyes de racimo, las Walleye dirigidas por TV y otras guiadas por láser. Además proyectiles antiradar Shrike, para confundir a los SAM-6, tambien se recibió gran cantidad de ongenios aire-aire Sparrow y Sidewinder.
Todas las armas nuevas iban a tener un gran efecto en la guerra, cuyo alcance ha sido determinante en el resultado de la guerra. Pero el factor
humano resultó ser tan importante como siempre lo fue.
SAM egipcio capturado por los israelies.
Saludos