Pathfinder escribió:Esas cifras de entre 50-90.000 millones de euros son solo para I+D o se refieren al coste del desarrollo más la adquisición de los aviones?
Por si acaso hay algún malentendido con la traducción, copio del original en francés:
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Rappelons que la loi de finances pour 2020 prévoit 1,4 milliard d’euros d’autorisations d'engagement, visant à couvrir le lancement des premières activités de développement du programme de démonstration. L’investissement prévu dans le SCAF, à parité entre Paris et Berlin2, est pour le moment d’environ 4 milliards d’euros d’ici à 2025-2026 (démonstrateur), et de 8 milliards d’euros d’ici à 2030, après quoi viendront les dépenses d’industrialisation. Le coût total du programme est évalué par certains analystes à une fourchette comprise entre 50 et 80 milliards d’euros.
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Vamos con el segundo capítulo, titulado “
del sistema al sistema de sistemas”.
Al inicio se explica que el SCAF se basa en
tres círculos concéntricos. En el centro estaría el NGF, después, los operadores remotos y la nube de combate (NGWS), y ya por último se agregarían los sistemas de combate actuales como el Rafale o el Eurofighter, además de otros tipos de aviones o satélites, conformando el SCAF.
Por lo tanto, el corazón del sistema será común (NGF + drones acompañantes + nube de combate), pero el SCAF será específico de cada país, ya que cada uno tiene sus multiplicadores y plataformas propias. El gran avance es que será interoperable, no solo en la UE sino también en la OTAN.
A continuación, el informe habla de definir las necesidades comunes, evitando errores cometidos en el A400M o en el NH90 (27 versiones básicas), en el que cada socio pedía sus particularidades. También otro error a evitar es la existencia de varias líneas de montaje, como en el Tigre. Por lo tanto, se ha partido de un análisis común entre Francia y Alemania, cuyas conclusiones se plasmaron en un documento firmado conjuntamente el 26/04/2018: el
HLCORD (“
High Level Common Requirement”), que también firmó España al año siguiente. Aquí se recogen los requisitos que debe cumplir el NGWS, que es el corazón del SCAF de cada país.
El NGWS será un sistema versátil que incluirá la capacidad de operar desde portaaviones (petición francesa) y de cumplir las misiones OTAN en las que participa Alemania. Deberá tener una gran capacidad de supervivencia operando en entornos aéreos disputados y tener interoperatividad con el resto de recursos de la OTAN y la UE. Sin embargo, dicen que como ellos son los que tienen las misiones más amplias, las del resto de socios se corresponden esencialmente con las suyas. El HLCORD predice que el rendimiento del SCAF será colectivo, y que vendrá de la capacidad de cada uno de sus componentes.
Después, habla de la
arquitectura del SCAF. En 2040, las amenazas cambiarán mucho previsiblemente, y se deberá hacer frente a la “democratización” de sistemas como el S400 y posteriores, la generalización de la furtividad, los ciberataques, drones, las municiones hipersónicas y los sistemas de defensa integrados (no cita láser). Por lo tanto, se debe diseñar un sistema de lucha colaborativa.
En el centro de dicho sistema, como ya se ha dicho, estará el
NGF. Este será un avión de combate “a priori tripulado en esta etapa”, capaz de realizar misiones de intercepción y defensa aérea además de disuasión nuclear (en el caso francés). Es por esto que se ha optado por un tripulado, no tan sensible a la interferencia de datos a la destrucción de satélites, aunque es posible que el concepto evolucione.
Respecto a los
drones acompañantes, parece que se admite mayor variedad (de pocos kilos a varias toneladas). Se cita la capacidad de saturación (enjambre), señuelo, guerra electrónica, designación de objetivos, reconocimiento, lanzamiento de misiles, inteligencia y ataque contra objetivos muy defendidos. Algunos serán recuperables (retorno directo o en el campo de operacines) y otros consumibles como munición. Tendrán cierto grado de inteligencia artificial que les permitirá enfrentarse a otras amenazas aéreas y deberán ser económicos. Se cita a MBDA trabajando en el segmento más ligero y a Airbus en el pesado, con drones que podrían ser recuperables en suelo o en vuelo, lanzados desde A400M. Todos estos elementos estarían dentro de una nube de combate aéreo.
Por último, estarían el resto de plataformas actuales y futuras que convivirán con este sistema, como por ejemplo, otros aviones, fragatas o satélites. La fuerza residirá en el conjunto, ya que
se prevé menos aviones de combate que los que hay actualmente. El menor número se compensará a través de los drones.
Para que este sistema sea competitivo hasta el horizonte de 2080, deberá innovar en una serie de sectores. Respecto al
motor se citan mayores temperaturas y el ciclo variable. Respecto a la
plataforma, mayor furtividad, maniobrabilidad y la posibilidad de hacerlo opcionalmente no tripulado. Respecto a los
sensores, antenas que combinan radar, escucha (pasivos), comunicación y guerra electrónica. Respecto a los
drones, menor precio, capacidad de operar en enjambre e IA. Respecto a la
conectividad, enlaces de datos rápidos y posiblemente ópticos, aunque conservando la capacidad de operar sin conectividad (pérdida de conexiones).
En Francia se está desarrollando actualmente el proyecto
Connect@aéro1 para los sistemas actuales. Sobre el Rafale cita lo siguiente (del traductor): “
Actualmente, el Rafale ya está conectado en red, pero el piloto utiliza principalmente sus propios sensores y, en menor medida, información proporcionada por la red. Muchos datos de los sensores de la aeronave no se comparten”. Es algo que se quiere mejorar con el SCAF. En este caso, la gestión de los datos que se envían a la red se hará desde la IA, el piloto sólo verá los datos combinados, acelerando así la toma de decisiones.
Respecto a la
comunicación por satélite, el Rafale F4 será el primero en implementarla. Se destaca la importancia del espacio como dominio propio, proporcionando ventajas como comunicaciones por satélite, posicionamiento, navegación, sincronización horaria, alerta temprana, clima, vigilancia espacial y espionaje. Sin embargo, debe fortalecerse contra la ciberguerra. Se cita que en los enfoques más futuristas (posiblemente fuera del HLCORD), el NGF podría lanzar pequeños satélites de baja vida para proporcionar soporte táctico para operacines especiales.
Otra de las características del SCAF es que debe ser un
sistema abierto, y cita al F-35 como ejemplo de lo contrario, diciendo que tiene dificultad para trabajar fuera de su propia red. El sistema EcoWar, ya citado, se propone sustituir al Link 16 (no exportable sin consentimiento de EEUU).
El siguiente apartado habla de la
inteligencia artificial. Se habla de un asistente virtual para el piloto, clasificando y filtrando la información. También permitirá la generación automática de planes de misión, realizando también el mantenimiento predictivo. Otra de sus misiones será en el campo de la cooperación con drones. Aquí también se debe hacer un esfuerzo en cuanto a la ética de la IA. El 16/03/2020 Francia lanzó el programa MMT (“Man Machine Teaming”) para ir preparando el terreno (y aplicándolo al Rafale), adjudicado a Dassault y Thales. Se estructura en seis ejes de desarrollo tecnológico: (I) Asistente virtual y cabina inteligente, (II) Interacciones, (III) Gestión de la misión, (IV) Sensores inteligentes, (V) Servicios Sensores y (VI) Implementación y soporte.
A continuación pasa a hablar del
motor. Tristemente, el documento empieza hablando de lo que el NGF debe proporcionarle a Safran (como siempre objetivos industriales en vez de militares). En este caso, la empresa francesa se ha especializado en las partes “frías” del motor y no tan punteras. Se quiere darle un impulso para que vuelva a ser competitiva en esa áera (recordemos su fracaso con el reactor de negocios Silvercrest), ya que no ha diseñado nada nuevo en este apartado desde el M88. Por eso se ha dejado para MTU el desarrollo de las partes frías (compresores de baja y alta presión y turbina de baja presión). Mala cosa...
En concreto, se habla de
12T de empuje para el NGF. El punto de partida es el programa Turenne 2 (€115 millones) para aumentar el empuje del M88, que beneficiaría inicialmente al Rafale, pero que iría preparando el terreno para el NGF. Además se apuesta por el ciclo variable como manera de optimizar el flujo volando en supersónico y bajar también el consume volando a baja altura. En este caso, en la fase 1A del SCAF tan solo se han dedicado €18 millones al desarrollo del motor, frente a los €91 del avión. Por su parte, €20 millones fueron para los “operadores remotos” y €15 para la nube de combate.
El siguiente apartado toca la
capacidad incremental. Por ejemplo, dicen desde MBDA que se podría lograr un sistema de combate cooperativo antes de 2030, alcanzado con el Rafale y el programa Connect@aéro. A principios de la década de 2030 se conectarían además aviones y “efectores” (Rafale F5 y Eurofighter LTE), y a partir de 2035 ya se incluiría a los componentes del sistema de armas de próxima generación.
Este capítulo termina con las
etapas políticas e industriales del SCAF. Francia (y Dassault) tiene el liderazgo en el NGF. A cambio, Alemania lo tiene en el EuroMale y el MGCS.
El punto de partida fue el
JCS (“
Joint Concept Study”) adjudicado por €65 millones el 06/02/2019, y que aclarará el HLCORD analizando los diferentes niveles operativos y los traducirá ampliamente en especificaciones tecnológicas (dimensiones del avión, número de drones señuelo o saturación, ancho de banda necesario para transmitir los datos ...). Se ha confiado a dos equipos bajo el control de la DGA francesa. Uno sería francés (dirigido por Dassault y que reúne a MBDA France, Safran Aircraft, Safran Électronique y defensa, Thales DMS y Thales SIX) y otro alemán (dirigido por
Airbus DS con MBDA Alemania, Diehl, Hensolt, R&S, MTU y ESG).
El JCS se ejecutará hasta la
primera mitad de 2021 (18 meses). En principio, y como ya se recogió en este hilo del foro, se evaluarán más de 10 arquitecturas distintas en este verano, siendo seleccionadas las más prometedoras en octubre, que se refinarán hasta el final del estudio. Los demostradores deberán estar listos para 2026 (NGF, motor y drones). Pueden ser a escala y sin materiales definitivos. En el caso del NGF deberá combinar “la maniobrabilidad del Rafale con el sigilo del Neuron”.
El reparto industrial se ha hecho por pilares:
1.-
NGF: líder Dassault y su principal socio Airbus.
2.-
Motor: líder Safran y su principal socio al 50% MTU. También entra ITP.
3.-
Operadores remotos: MBDA (segmento ligero) y Airbus (segmento pesado y liderazgo general). Por parte de España entra un consorcio formado por Sener, GMV y Tecnobit.
4.-
Nube de combate: Airbus como líder y Thales.
5.-
“Simlab” o coherencia: Airbus, Dassault, Safran y MTU, así como MBDA y Thales como subcontratistas.
A estos cinco pilares se añadirán dos nuevos durante 2020, furtividad y sensores:
6.-
Sensores: líder Indra y socios FCMS (Hensoldt, Diehl Defense, ESG y Rohde & Schwarz) y Thales.
7.-
Furtividad: de momento también es todo “furtivo”, el informe dice que hay desconfianza para compartir entre empresas y no está claro quién va a liderar. Además, se dice que si se es mejor en interferencia, saturación y transmisión, al final se superará a los oponentes. Por nuestra parte, será Airbus España la que participe en este pilar.
En el informe también se dice que los contratos de la participación industrial española se deben firmar durante este mes de julio.
Además, en Francia se ha creado el
GTSCAF (grupo de trabajo del SCAF) entre la DGA y la Fuerza Aérea. Para coordinarse con los otros países, se ha creado también un equipo de proyecto que engloba al GTSCAF y a representantes de España y Alemania bajo la autoridad del general Jean-Pascal Breton. La
DGA es la agencia contratante para todo el proyecto en representación de los socios.
PD: No hace falta que nadie dé las gracias, esto lo hago porque me gusta... y tengo tiempo