Quitando que
no era marbellí (gentilicio inventado por Victor de La Serna en 1958 y desgraciadamente puesto de moda por Jesús Gil)
sino marbellero, te agradezco que te solidarices con este proyecto para que se reconozca, en su tierra de nacimiento, a este infante de marina que sirvió como subordinado de D. Álvaro de Bazán, no solo en Lepanto, sino en otras ocasiones anteriores.
Por otra parte, y
según las fuentes consultadas (entre otras, las del Profesor de Historia D. Esteban Morán; las del Catedrático de Historía de la Universidad de Barcelona D. Luís Peirot; las del Catedrático de Historia de la Universidad de Valladolid D. Carlos Moretón; las del historiador y abogado D. Fernándo Alcalá Marín; y las notas de campo del propio Gómez de La Serna), D. Andrés Becerra
YA era capitán de los Tercios de Mar antes de Lepanto (1571) y probablemente ya lo fuera en 1563 durante el combate naval de "Marvella" contra los ingleses y también bajo el mando de D. Álvaro de Bazán (dato consultable fácilmente en el Archivo Histórico-General de la Armada en el
Viso del Marqués, entre otras cosas porque existen frescos murales iluminados que así lo relatan).
Y no existe ningún otro dato que haga pensar lo contrario al respecto del rango que ya ostentaba oficialmente en 1571. Lo que ya desconocemos es si lo ascendieron o recibió algún premio por su meritoria acción después del combate contra los turcos, porque no hemos encontrado
aún nada al respecto, si bien suponemos que "algo" habría para uno de los más destacados y valerosos hombres del granadino Marqués de
Santa Cruz de La Real. Y sobre la acción del anónimo galeote liberado por los hombres de Bazán a bordo de
La Sultana de Alí Pachá, lo que no cabe ninguna duda (a pesar de lo que diga la versión veneciana del asunto) es que a D. Juan de Austria SI le repugnó la decapitación de un bravo rival digno del mayor respeto. Al fin y al cabo era un militar renacentista (como el
Gran Capitán en su momento) que tuvo un destacado comportamiento militar y humanista en anteriores ocasiones, como en la Campaña de Las Alpujarras granadinas contra los moriscos rebeldes. Lo contrario lo convertiría en un psicópata masoquista que disfrutaría con el sufrimiento y la sangre ajena, y para nada consta que el hermano de D. Felipe II fuera así. Todo lo contrario, D. Juan siempre procuró un trato digno y justo para con el enemigo vencido.
Buenas rachas de mistral...