por Lepanto el Mar Feb 07, 2012 11:21 am
Según medios periodísticos franceses, existe consenso y en particular entre los parlamentarios, que por falta de medios económicos, Francia no dispondrá de un segundo portaaviones, y en los próximos quince años, tendrá que aguantarse solo con el Charles de Gaulle. Oficialmente, no se tomó ninguna decisión aún, salvo la tomada en 2008, que puso fin al proyecto de cooperación franco-británico, para construir para la Marina nacional un buque gemelo a las unidades de la clase Queen Elisabeth, Nicolás Sarkozy pospuso a 2011/2012 su decisión sobre el segundo portaaviones francés. En ese tiempo había pedido un estudio para determinar las ventajas y los inconvenientes de la propulsión nuclear con relación a la propulsión clásica.
Estaba previsto, que el PA2 en su versión CVF-FR encargarlo en 2008, se construiría en Saint-Nazaire y entraría en servicio para el 2015, aprovechando la segunda revisión técnica del Charles de Gaulle. Pero como no fue el caso, sería necesario si el pedido se firmara, esperar al final de la década para ver el buque entrar en servicio. Incluso los que defendían el proyecto para garantizar la permanencia del grupo aeronaval reconocen: “Que es demasiado tarde ahora ya que el PA2 llegaría cuando el Charles de Gaulle estaría a media vida, además, aun sin problemas de calendario, las finanzas del Estado no permiten realizar tal gasto, calculado en aproximadamente 3 mil millones de euros.
El proyecto, ya lleva invertidos en los estudios (más de 100 millones de euros) y el pedido de las catapultas a Estados Unidos, que se canceló más tarde.
En este momento comentan que hay que trabajar sobre el sucesor del actual portaaviones. Está prevista una duración de vida de 40 años. Su construcción comenzó en 1987, se retrasó en cuatro ocasiones por razones presupuestarias, consiguiendo entrar en servicio solo 5 años más tarde de la fecha inicialmente prevista. Además el hecho de ser a propulsión nuclear hará que, contrariamente a otros buques, su vida no podrán prolongarle, por cuestiones de seguridad. Así que se puede imaginar su retirada del servicio hacia 2030, o incluso antes.
Eso significaría según las mismas fuentes una puesta de quilla de su sucesor (o sucesores si la hacienda pública lo permite) a partir del año 2020. Siendo necesario iniciar los planes de producción antes del final de esta década. Lo que permitiría a la industria mantener una parte de sus conocimientos técnicos en el diseño de portaaviones, buques altamente complejos, por lo que no debería sorprender una asignar una línea presupuestaria a partir de 2015, con el fin de comenzar los estudios del futuro portaaviones. Lo que permitiría, “salvar políticamente la caraâ€, dando la impresión de que el proyecto no se abandona, sino que se reconsidera con el fin de tener en cuenta las realidades actuales. Una pirueta que permitiría aún ganar numerosos años…