Roberto Montesa escribió:No voy a entrar en el tema de tapar bocas, pero esto es cuando menos interpretable.
Mira Roberto, hay que leer entre líneas, en ningún momento dije nade de tapar bocas, si relees el mensaje hable de echar el freno de boca, y si no lo entendiste, me refiero a mi, no tengo intención de que me demanden o buscarle problemas al foro.
Si hubo agravio al SVA, antes lo hubo con los carabineros, mas antiguos (1829) y que dejaron sus funciones, las que discutimos aqui, en manos de la GC en la que se integraron en 1940.... de respetar su legado y la fusion realizada, el SVA no tendria razon de ser.
No te quito la razón, pero eran tiempos de ordeno y mando, tampoco conviene olvidar que ya en el siglo 19 durante la restauración se adscribe a los Carabineros y a la Guardia Civil al Ministerio de Guerra, y ya se ve que son dos cuerpos muy parejos y que se duplicaban en su distribución territorial, si le añadimos que permanecieron fieles al orden constitucional en 1936, suerte tuvieron de que solamente los unificaran con la Guardia Civil en el 40, cuando esta última asume sus funciones, y curiosamente fuero considerados una "especialidad" y hasta cierto punto extraños, hasta quizás los años 70 que desparecio por completo esa denominación, incluso vestían otro uniforme, da la sensación de que lo mismo que pasa con el agua y el aceite, no se mezclaban.
Pero eso no quita, para que de una manera u otra terminarán fusionándose más pronto que tarde. En 1939 probablemente de darse la situación contraria, el nombre a perdurar sería el de carabineros. Pero lo cierto es que para salvaguardar los intereses del estado en el naciente monopolio del tabaco en 1921 se busco una organización más moderna y mejores medios y sobretodo vinculada especialmente al medio marino y ese el origen del SVA, que por cierto en 1929 se publicó una orden real que lo asimilaba a cuerpo auxiliar de la marina.
Si algo falla en todo esto, es la falta de capacidad de asumir por parte de las organizaciones del estado y sus responsables nuevos horizontes, un cierre a lo novedoso, en definitiva miedo al cambio y a perder atribuciones, lo que nos lleva a duplicidades innecesarias y costosas.